El Balneario Vichy Catalan fue promovido por el doctor Modest Furest i Roca, que en el año 1880 compró los terrenos del cerro de las Ànimes. Esta adquisición tenía como objetivo la explotación de las fuentes de agua termal, que consistió en la construcción de una planta embotelladora y en los baños in situ. El agua de las fuentes Gran, de la Cantera, Xica y del Fetge fue inicialmente comercializada con el nombre de “Agua del Puig de les Ànimes”, declarada ya entonces de utilidad pública. En el año 1891 el agua adoptó el nombre de “Vichy Catalan”, por analogía con las reconocidas aguas medicinales del centro termal francés. Aquel mismo año, el Dr. Furest consolidó el proyecto con la construcción de un balneario, encargado a Gaietà Buïgas i Monrabà. La planta embotelladora alcanzó pronto un éxito notable, que el Ayuntamiento de Caldes reconoció y otorgó al Dr. Furest la distinción de hijo adoptivo de Caldes de Malavella. A raíz de los gastos considerables derivados de la construcción del balneario, en el año 1900 se formó la nueva sociedad “S.A. Vichy Catalan”, en la que se incorporaron los cuatro socios barceloneses Josep Ferrer i Torralbas, Josep Serradell i Amich, Bonaventura Blay i Milà y Josep Vías i Camps.

El balneario se proyectó como un edificio de dimensiones monumentales, de estilo modernista y de marcada inspiración arabizante. Consta de dos partes diferenciadas que forman una “T”: la primera, de composición más sencilla, y, la segunda, con más decoración y visibilidad. En la primera parte, las aberturas son de arco de herradura, que forman una arcada en la planta baja con un pórtico avanzado central que constituye el acceso principal. También destaca un patio interior con una fuente, delante de la cual hay una capilla dedicada a sant Josep y a sant Esteve, construida bajo la influencia de la estética modernista. De la segunda parte, destacan las torres con almenas de los extremos y la parte central, así como las aberturas de arco de herradura enmarcadas de tonalidad distinta.

El Balneario Vichy Catalán disfruta, además del alojamiento y de los servicios de termalismo, de la tranquilidad y el bienestar. Rodeado por el encanto del modernismo, son extensos jardines y los espacios comunes llenos de historia como el salón-cafetería, la terraza, la capilla, el jardín interior, la sala de fiestas, la piscina exterior. En definitiva, un conjunto gratificante y renovador en este entorno de la Costa Brava interior.

Av. Dr. Furest, 32 | 972 47 00 00
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