Monumento declarado BCIN (Bien Cultural de Interés Nacional)
El yacimiento se encuentra abierto de 9 de la mañana a 9 de la noche, y el acceso es libre
Encontrará una señalización excepcional que le guiará para cada uno de los espacios del monumento
El edificio termal romano de Sant Grau fue construido alrededor del año 50 dC sobre un balneario anterior, de los siglos II-I aC. El edificio del siglo I dC, en cambio, se conserva de un modo notablemente íntegra. El elemento básico era la gran piscina central (natatio) rectangular, de 7,90 por 6,65 metros, y de acceso escalonado. Rodeaba la piscina un corredor porticado (ambulacro), con cubierta de bóveda de cañón.
A los lados este y oeste había tres estancias simétricas. Del ala este hay que remarcar la estancia central, donde estaba la surgencia del agua termal, que era canalizada desde el chorro de los Bullidors, y que constituyó un espacio sacro. Desde aquí el agua se canalizaba a la natatio. Del ala oeste, el agua salía al exterior a través de una gran alcantarilla.
En el siglo II aC, ya desde los primeros tiempos del período romano, la existencia de las aguas termales de Caldes propició el surgimiento de una actividad balnearia importante que pronto acabó comportando la formación de un pequeño núcleo de población a su alrededor .
Este núcleo, llamado Aqvae Calidae (aguas calientes ‘), se convirtió en el centro de un municipio romano de derecho latino en el siglo I dC. Este hecho implica que, aparte de los balnearios y los servicios relacionados, Caldes también constaba de un centro administrativo, religioso, económico y comercial.
La estancia central del ala este es una de las salas más significativas de todo el balneario. Su importancia radica en que es donde se encontraba en época romana la surgencia del agua termal que daba vida a todo el conjunto.
Las propiedades curativas y terapéuticas del agua, además, le conferían un aspecto de sacralidad que convirtió esta estancia en un pequeño espacio sagrado, una especie de capilla. En la pared norte se pueden ver todavía los restos de un altarcito, enmarcado por dos pilastras adosadas, que debía albergar varias imágenes de divinidades salutíferas, entre las que había Apolo. Aparte, esta era la única estancia de todo el balneario que tenía las paredes estucadas y decoradas con pinturas murales polícromas.
La gran piscina central, o natatio, es el elemento principal del balneario. Es en este gran espacio donde se reunía el agua termal procedente de la surgencia y donde los usuarios del conjunto termal tomaban los baños. Más allá de cuestiones higiénicas o de la tradición romana de ir regularmente a las termas a tomar los baños, extendida por todo el mundo romano, los usuarios de este balneario empleaban las termas sobre todo con finalidades curativas y terapéuticas.
El agua termal llegaba a la natatio desde la estancia sacra, a través del ambulacro, todo saliendo por un agujero de la base del pilar central del pórtico. En el lado opuesto, en el extremo suroeste, estaba el desagüe, que vertía el agua fuera del edificio. Esta circulación garantía la constante renovación del agua y, por tanto, que se mantuviera la temperatura.