El Balneario Soler, abierto en 1900 y derruido en 1975, embotellaba el agua de la fuente de la Mina con el nombre de “Fuente Cataluña”. Rivalizó con el Prats y el Vichy Catalan durante los años felices de la hidroterapia a principios del siglo XX que la llegada de la Guerra Civil interrumpió.
El Balneario Soler, de la misma forma que los otros dos balnearios de Caldes, se utilizó durante las décadas de los años 1930 y 1940 para alojar a varios refugiados y heridos de guerra, gracias a la alta capacidad de hospedaje.
Durante los primeros días de la Guerra Civil, el exalcalde conservador y propietario del balneario, Josep Soler, consiguió salvarse de la represión republicana gracias a su doble nacionalidad (su madre era francesa) y colgó una bandera de Francia en la fachada. En el año 1937 se decidió habilitar el balneario para alojar a heridos de guerra y enfermos, hecho por el cual sufrió varios destrozos del mobiliario. En el año 1944 alojó a 150 soldados del contingente italiano. Los que no respetaban el protocolo de la disciplina establecida por la marina italiana eran encerrados en la bodega, que se había adaptado como calabozo.