La rambla Recolons era la zona del núcleo de Caldes donde se concentraba la mayor parte de chalés y apartamentos de alquiler antes de la Guerra Civil.
Pero una vez estallada la guerra, la necesidad de reubicar a distintos refugiados era tan elevada, que todo aquello susceptible de ser ocupado, se expropiaba y se utilizaba para cubrir las necesidades hospitalarias y de alojamiento. La Fonda Ribot fue uno de los establecimientos que tuvo que acoger a 58 de los 950 marineros italianos que llegaron al pueblo en el año 1944. Su estancia provocó bastantes alborotos y conflictos, que se calmaban con rigor militar.